martes, 8 de marzo de 2016

POR MÁS QUE ALGUNOS RENIEGUEN (R. Pulido 8/3/2016)

Un 8 de Marzo de 1908,
el invierno en Nueva York, está llegando a su fin.
En precarias condiciones y jornadas de más de 12 horas
un gran número de mujeres trabaja en la fábrica textil;
son en este gremio mayoría absoluta.

Su paciencia está al límite,
su fortaleza numérica predominante
las infunde el valor suficiente
para enfrentarse al sistema.

Sólo piden mejores salarios,
horarios adecuados de trabajo,
un trato humanitario,
en definitiva, mejores condiciones de vida.

Pero el poder es cobarde
y cobardes sus acciones.
Ese miedo al descontrol
porque la protesta crece,
hace aparecer la bestia
que al ser humano envilece.

Y sin miramiento alguno:
¡Hay que acallar a la plebe!
¡Que se tomen las medidas
que eviten que nos superen!
si no basta con las porras,
¡Que las bombas incendiarias
acaben con el peligro
que encierran estas rebeldes!

Dicho y hecho, el fuego surge,
allí no falta combustible
los telares pronto prenden,
no hay forma de sofocarlo
y pronto alcanza a las mujeres;
calcinadas sin remedio
ciento cuarenta y seis mueren.

Se ha pagado un alto precio
mas la lucha se mantiene,
la mujer sigue empeñada
por lo que en justicia cree,
 no habrá muerte ni martirio
que su convicción doblegue,
porque son fuente de vida

por más que algunos renieguen.

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