martes, 7 de abril de 2015

DESAHUCIADOS
(7º Premio poesía Antología Puente de Palabras XII, Argentina) 


No es fácil imaginar tan dolorosa emoción,
sin estar en su pellejo o vivir su situación.

¡Que te dejen en la calle! ¡Que te priven de un derecho!
¡Que te expulsen de tu casa! ¡Que te dejen sin un techo!
Porque no tienes trabajo, porque no tienes dinero,
y encima tienes la deuda para el resto de los tiempos.

Ni colegio ni comida a tus hijos puedes darles,
y como ya no cotizas, sin médico puedes quedarte.

Con tus impuestos pagabas al policía que te agrede,
al banco que se rescata, al político de turno que tu causa no defiende,
y a ti no te queda otra que protestar contra todo:
¡Ponerte tras la pancarta! ¡Reivindicar tus derechos!
y gritarle al mundo entero, que este mundo no es perfecto.

¡Que los ricos son más ricos y más pobres los obreros!
¡Que hay reformas laborales de esclavitud y desamparo!
que le ceden al patrón tus derechos conquistados.

¡Que reprimen tus protestas con estados policiales!
si de tu casa a patadas intentan desalojarte.

¡Que se venden tus colegios y también tu sanidad!
La dependencia y cultura te las tendrás que pagar,
porque sólo son rentables si alguien los puede explotar.

Tus impuestos sólo sirven para rescatar los bancos,
y enriquecer a mangantes que crudo lo están llevando.

¡Que aquí, la justicia es ciega! para quien tiene dinero,
pero se quita la venda si un miserable es el reo.

¡Ya no mandan los gobiernos! son marionetas de trapo,
que bailan al son que tocan los poderes financieros.

¿Qué le queda al desahuciado cuando ya no tiene nada?
¿Si al protestar le sancionan o tachan de terrorista,
y su deuda le persigue hasta el final de sus días?

Ni siquiera le libera el salto por la ventana,
porque su deuda le queda de herencia a quien le avala.

Si esto es justo, que la venda se la pongan a los jueces,
impidiendo ver los textos de nuestras nefastas leyes,
que al pobre invita al suicidio y al poderoso protegen.
R. Pulido 15/2/2013