martes, 7 de diciembre de 2010

Dios, ¿Donde está Dios?


DIOS, ¿Dónde Está Dios?



Miro al cielo y no le veo,

allí dicen que se encuentra.


Dicen que está en todas partes,

mas creo que nadie le ha visto.


No estaba cuando un tsunami

Irrumpe sobre Indonesia.

(26/12/2004, 300.000 cadáveres)


Cuando ocurre el atentado

de Septiembre, en Nueva York.

(11/9/2001, 2.600 muertos)


Ni tampoco está en Madrid

y acontece el 11-M.

(11/3/2004, 200 muertos)


En Haití nadie le ha visto,

evitando el terremoto.

(12/1/2010, 200.000 muertos)


Tampoco en China o la India,

donde el agua arrasa todo.


No se encontraba en el Tibet,

con muertos por todas partes.

(14/4/2010, 589 muertos)


Un genocidio en Ruanda,

pero no evita el desastre.

(1994, Aprox. 800.000 muertos)


Ya se que Dios no es humano,

por eso siempre está ausente.


No protege al desvalido,

cuando todos le abandonan.


Las catástrofes no evita,

aunque en todo el mundo asolan.


No se ocupa de los pobres,

que mueren todos los días.


Si es verdad que Dios existe,

que es bueno, justo y perfecto,


¿Por qué permite estas cosas?,

¿Por qué ocurren estos hechos?


Es pues la Naturaleza,

el Dios que impone sus normas

y nos premia o nos castiga,

según cada cual se porta.


Si ocupamos los arroyos,

construyendo nuestras casas.


Invadimos las riveras

y los ríos embalsamos.


Urbanizamos laderas

y sus árboles cortamos.


Los bosques no mantenemos

y con fuego los tratamos.


A los mares esquilmamos

y los llenamos de escombros.


Invadimos el espacio

y de chatarra le inundamos.


Y así a la Naturaleza,

continuamente atacamos.


En respuesta nos castiga,

con todos sus elementos:


Los volcanes nos arrasan,

con su furia incandescente.


Los arroyos se transforman,

en torrentes incontrolables.


Nuestros ríos se desbordan,

arrasando las cosechas.


Los mares con sus tsunamis,

muestran toda su crudeza.


El espacio nos responde,

lanzándonos sus tormentas.


Y el Sol con su gran poder,

desertiza nuestras tierras.


La Madre Naturaleza, controla mar, cielo y tierra. Y los hombres sólo somos, muñecos con los que juega.


R. Pulido 9/5/2010


(De su existencia se duda, quizás por muchas razones. Para mi Dios es la Naturaleza, no creo en Divinidades ni entes imaginarios súper poderosos e invisibles y por encima del bien y del mal.


Rotundamente me niego a admitir que pueda existir un ser supremo, que cuando en la intimidad pienso en estos temas, lo que me provoca es una sensación de miedo. Miedo, seguramente derivado de la férrea insistencia durante mi educación en la infancia, en la que prevalecía por encima de todo lo demás la asunción del sacrificio, la creencia en Dios, la obediencia debida a los preceptos de la Iglesia, la infalibilidad de los Papas, etc.. Y si no cumples con estos preceptos, la condenación al infierno eterno que te esperaba.


Si a ti o a alguien de tu entorno le ocurría alguna desgracia, te convencían de que Dios te estaba castigando por algo malo que habríamos hecho, o te consolaban con el consabido dicho de “Dios te los ha dado, Dios te lo ha quitado”.


Hasta tal punto el miedo persiste, que anoche tras varios intentos, sin conseguir guardar este documento en mi ordenador, llegué a plantearme por un momento si sería por el contenido del mismo, o por el título en el que aparece la palabra “Dios”. Algo totalmente irracional y absurdo. Finalmente me di cuenta, que el problema era simplemente, que estaba utilizando caracteres incompatibles con el fichero.


Por eso pienso que esto de la creencia, existencia o no, solo es fruto de un pretexto que desde que el hombre adquiere capacidades para dominar a sus semejantes, este primero de forma individual y mas tarde como colectivos, so pretexto de creyentes e iluminados, lo ha utiliza explotando sus miedos e ignorancia, para conseguir su control y dominio.)